En la mira

Lucha sin cuartel

 

Ya no es como antes. Cuando el PRI era el único partido que “ganaba” la presidencia de la República, los precandidatos permanecían ocultos, por eso se decía que había un “tapado” y se trataba del escogido por el presidente en turno, que lo sacaba de entre alguno de los miembros de su gabinete.

Así sucedió hasta que el candidato del PRI, Francisco Labastida, fue derrotado por el del PAN, Vicente Fox, que tomó posesión de su cargo el primero de diciembre del 2000.

Parecía que se habían acabado aquellos tiempos en que el candidato perdedor declaraba fraude y armaba la pelea, como sucedió con José Vasconcelos, Juan Andrew Almazán y Miguel Henríquez Guzmán. Pero no fue así, López Obrador afirmó que él era el verdadero ganador de la presidencia, bloqueó un largo trecho de la principal avenida de la Ciudad de México durante varios meses y finalmente se declaró presidente legítimo, cuando su oponente del PAN, Felipe Calderón, fue investido como Presidente de México, el 1 de diciembre de 2006.

Han pasado ya casi cuatro años y con seguridad el próximo tendrán que estar listos los precandidatos de cada partido político buscando la nominación correspondiente para competir en las elecciones de julio del 2012.

No es nada sencillo. Algunos han muerto en el afán.

Y la pregunta es: ¿De qué puede ser capaz aquél que quiere ocupar el cargo con mayor poder?

Claro, dependerá de su personalidad. Habrá quien civilizadamente reconozca su derrota, quien trate de causar problemas a los demás para “hacer ruido”, y quien baraje la idea del asesinato para lograr lo que se propone.

Con el rostro y la personalidad en mente de cada uno de los que ya “pintan” como precandidatos podemos tratar de adivinar cuáles son las intenciones de cada uno, hasta dónde serían capaces de llegar.

Queda claro que sólo tres partidos parecen tener posibilidades de triunfo: PAN, PRD y PRI.

Los nombres de los que han declarado que buscarán la nominación, o que ya han sido “destapados” por sus seguidores son: Ernesto, Josefina, Manuel y Santiago, por el PAN.

Por el PRD: Andrés Manuel, Marcelo y Carlos.

Y por el PRI: Beatriz, Enrique y Manlio.

Son diez precandidatos. Tres podrían convertirse en candidatos y uno será el próximo Presidente de México, si las circunstancias no cambian.

¿Temprano para el planteamiento? No lo es. Mientras el PRI tuvo la presidencia, el presidente en funciones avisaba al que había escogido para sucederlo a mitad del sexenio, “para que se preparara” y estuviera en óptimas condiciones físicas y mentales.

Ese momento, en este sexenio, ya pasó, fue en 2009.

¿Tiene candidato Felipe Calderón? Desde luego. ¿Qué presidente preocupado por el futuro de la nación no lo tendría?

¿Hará lo posible para que gane su candidato, tanto la nominación como la elección? Claro. “En la guerra y en el amor todo se vale” y lo que está en juego es mucho. Pero las batallas también tienen reglas, algunas escritas y otras implícitas, determinadas estas últimas por la formación de cada contendiente. ¿Hasta dónde llegará cada uno con tal de ganar? ¿Se circunscribirán a las reglas, o irán más allá? ¿Qué tanto?

Y algo más, tal vez peor: Los simpatizantes, compañeros de lucha, empleados de cada uno de los diez nombrados ¿Hasta dónde llegarán?

¿Y los enemigos de los contendientes?

(Ver las fichas de cada uno de los precandidatos en Personajes: El próximo Presidente de México).

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